miércoles, 26 de noviembre de 2008

Vaciar el sistema




"You know, the life I had before you I knew how to do that. I could do that forever. But now look at me. What am I gonna do? What am I gonna do with all this?"
Tomó el riesgo, a pesar de saber que dolería, que la experiencia sería inicua, decidió aceptar su propuesta. La de él, en quien reconocía un poco de su esencia, sin haberlo descifrado primero o recitar su nombre.

Se arriesgó a conocerlo más, a encantarse con su personalidad. Disfrutar de su presencia, controlar la melancolía de saberse no incluida en el cuadro, solo contemplada, desde lejos.

Podrían preguntarse, ¿por que si predecía las secuelas de permitir su entrada, aún así lo hizo?... no fue por desconocer la realidad. Pero ella tenía conciencia de él, de lo que traería a su vida, tan solo por un mes...



Llorar a chorros.

Llorar la digestión.

Llorar el sueño.

Llorar ante las puertas y los puertos.

Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,

las compuertas del llanto.

Empaparnos el alma,

la camiseta.

Inundar las veredas y los paseos,

y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,

llorando.

Festejar los cumpleaños familiares,

llorando.

Atravesar el África,

llorando.
Llorar como un cacuy,como un cocodrilo...

si es verdad

que los cacuyes y los cocodrilos

no dejan nunca de llorar.


Llorarlo todo,

pero llorarlo bien.

Llorarlo con la nariz,

con las rodillas.

Llorarlo por el ombligo,

por la boca.
Llorar de amor,

de hastío,

de alegría.

Llorar de frac,

de flato, de flacura.

Llorar improvisando,

de memoria.

¡Llorar todo el insomnio y todo el día!




Uno de mis poemas preferidos, de Oliverio Girondo.

1 comentario:

mariana-e dijo...

I like it!!! Describe sentimientos y estados de ánimo que alguna vez hemos conocido...